El economista Mauro Trellini analizó la reestructuración que
se dará, con el cierre de la Administración de Federación de Ingresos Públicos
y la creación de un nuevo organismo.
Si bien aún no hay mayores precisiones sobre el cierre de la
AFIP y la creación de un nuevo órgano que lo reemplazará, la incertidumbre y
las hipótesis al respecto continúan creciendo.
Buscando un poco de claridad sobre el tema, desde la
redacción de BHInfo contactamos al economista Mauro Trellini, el cual buscó simplificar
algunos conceptos que están dando vuelta.
Al inicio de la charla el especialista resaltó que se trata
de “un tema delicado ya que no conocemos los detalles. En general el gobierno
tiene la visión de bajar gasto y reducir el estado, pero en el caso de la AFIP
particularmente no funcionaba mal, todo lo contrario”.
Dejando bien en claro esto, lo primero que remarcó es que “para
los inscriptos, ya sean monotributistas, responsables de distintas modalidades,
no debería cambiar nada. Hay que ver la nueva DGI que se retrotrae a la
original Dirección General Impositiva”.
Sumando que “en esos casos necesita decreto ley, ya sea del
Poder Ejecutivo, del Congreso, para cambios impositivos, entonces no por
cambiar la figura del organismo de control tienen que cambiar los mecanismos.
Eso se reverá en todo caso, pero no creo que vaya por ahí”.
En otro pasaje de la charla, y sobre cómo repercutirá esto
en las arcas del estado, Trellini contó que “había mucha gente con sueldos muy
grandes por lo que pude ver, sueldos de directivos y de personas de altos
cargos entre 20 y 30 millones de pesos; una locura incluso desorbitante en tema
de las jerarquías y de la organización del Estado, o sea, cobraban más que un
presidente, más que ministros”.
En esa línea afirmó que “no tenía lógica y quizás, y no
conozco el diagnóstico, pero si van a relevar a 3.000 personas es porque había
superabundancia. Así que me parece que va a haber un achique consistente con la
filosofía de este gobierno”.
Dándole un marco histórico al cambio, explicó que “lo que
ahora se propone es volver a lo que originalmente siempre tuvo, una DGI
impositiva y una DGA que es aduanera. Entonces los dos mecanismos de control y
recaudación pasan a ser originalmente estos dos. La parte impositiva y la parte
aduanera para el comercio exterior”.
Por su parte “en el mercado por lo que leí y escuché gusta. En
realidad al mercado le están gustando las políticas macro de este gobierno que
tienen que ver con el achique de un estado sobredimensionado y un gasto público
exorbitante. Aparte, creo que más allá de mejorar la eficiencia del estado o de
organizarlo mejor, faltaría algo que tenga que ver con la posterior disminución
de impuestos”.
Subrayando que “al sector privado y al mercado lo que nos
interesa es que nos bajen la carga impositiva. Obviamente que para lograr eso
de manera consistente antes tenes que bajar el gasto. No sirve no hacerlo así
porque si no bajas un impuesto y lo tiene que bancar con la suba de otro, así
que bienvenido todo lo que tiene que ver con reducción del gasto público y
hacerlo más eficiente”.
A modo de ilusión, acotó que “esperemos que a posteriori
venga algún tipo de alivianamiento de la carga impositiva. ¿Por qué digo esto?
Porque como dentro de esta política de apertura y de regulación e incluso
competitividad con el exterior, la facilitación de entrada de productos
importados, para poder industrialmente e internamente competir con ellos, tenés
que darle algún tipo de mejora a la producción nacional y entre ellas quita las
regulaciones y baja de impuestos”.
Indicando una vez más que “de esa manera le quitas piedras a
la mochila a la producción nacional y lo pones en condiciones de competir. Esperemos
que eso sea en esta dirección”.
Por último y a modo de cierre volvió sobre sus pasos y
resaltó que “acá lo que importa es que nos quiten regulaciones, que nos saquen
el pie de la cabeza y que nos bajen impuestos. Si este camino logra bajar gasto
público, ahí sí aparece la chance de bajar impuestos y regulaciones. Pero ese
es el punto que nos interesa, más allá de que sea la AFIP, la ARCA o quien
organice la parte de recaudación”.