Una historia muy triste. Vecinos se
comunicaron esta mañana con la redacción de BHInfo
para informarnos que encontraron sin vida al perro de calle Santiago del
Estero al 300, una situación que -particularmente a nosotros como medio- nos
generó profunda indignación y tristeza ya que, como ustedes saben,
continuamente fuimos publicando notas sobre este animalito durante todo 2024. Vivió en un mundo de desamor y abandono
total y este miércoles dejó de luchar.
Al recibir
las imágenes, nuestra periodista Marianela Romay publicó en su cuenta de
Intragram un video que rápidamente tuvo una importante repercusión: “Estoy
completamente angustiada y enojada porque me acaban de mandar unas fotos del perrito de la calle Santiago del Estero muerto.
Me cansé de denunciar la situación de ese perro, hablé por teléfono con su
dueño, quien se comprometió a sacarlo de ese lugar”, recordó.
“También
me contacté con Gastón, un adiestrador muy conocido de Bahía Blanca, que habló
con esta persona, porque la familia del dueño argumentaba que era un perro agresivo… Me
comuniqué con Santiago Garrido de fiscalía y con proteccionistas que conocían a
esta familia… Y hoy el perro está muerto…”, completó Marianela.
Enseguida
la publicación se llenó de mensajes como este: “Me cansé de reclamar... Hablé
con vecinos… Todos los días paso cuatro veces por ahí, siempre estaba entre
la mugre, con terrible frío, calor, lluvia… Esta mañana pasé y también saqué
fotos como testimonio… Terrible lo que sufrió... ¡¡¡Pobrecito!!!”.
Por otro
lado, desde BHInfo nos comunicamos
con Gastón, el adiestrador que lamentablemente no tuvo la chance de poder
conocer al animal: “Fue en abril del año pasado que hablé con el dueño. Me
llamó porque Marianela le había dado mi teléfono. Él quería hacer una
consulta, más que nada por la movida
que se había hecho en ese momento. No quería tener más problemas y por eso
se comunicó conmigo. Ni llegamos a la entrevista. Por teléfono me explicó
que su perro no estaba tan mal como decían. Que tenía al hijo pasando un momento
complicado, se estaba haciendo cargo del nieto y, según él, el perro estaba
bien”, contó.
“Me dijo que el perro no estaba maltratado y que lo que quería era adiestrarlo para poder sacarlo de esa casa y que no mordiera o se abalanzara contra la gente. Pero insistía con que no era un perro malo. Le pasé el valor de la entrevista y el valor de nuestra intervención, aclarándole que primero era importante conocer al perro. Quedamos en que me iba a llamar y no pasó más nada. Pero, reitero, estaba más preocupado por lo que se generó socialmente que por el animal en sí. Le di algunas sugerencias, pero no tuve más novedades. Una pena lo que pasó”, completó.
Ojalá
aprendamos a partir de lo que le sucedió a este animalito y que, de ahora en más, ante este tipo de situaciones se
actúe de otra manera. Caso contrario, seguiremos perdiendo más almas indefensas…