Son clave para
generar vínculos y entrenar a nuestros perros. El error más frecuente es
darlo como reemplazo del alimento y en forma indiscriminada.
Gradualmente los
snacks para perros están evolucionando, dejando de ser una golosina para
pasar a ser un complemento a la
alimentación diaria que permite regalonear y entrenar al animal.
Según una encuesta de la consultora Cadem hace un año, el 80% de los tutores alguna vez ha
comprado "comida especial, aparte de la cotidiana" a su mascota.
Entre ellos estarían galletas, carnes deshidratadas y latas con alimentos
húmedos.
"Los snacks sirven para premiar, regalonear y estrechar el vínculo
emocional entre el tutor y el animal, que asocia que su dueño le da de comer
algo rico. Pero también son indispensables para entrenar, reforzando
comportamientos positivos", explica Diego Pincheira, médico
veterinario de Fit Fórmula.
El experto advierte que el principal error que comenten los
tutores es dar snacks a su perro como reemplazo del alimento o en forma
indiscriminada. "El snack es un
complemento y no debe reemplazar el alimento seco que posee los
ingredientes de una dieta balanceada, como vitaminas, minerales, proteínas,
aminoácidos, fibra, entre otros", aclara.
Cómo y cuándo
Para dar snacks al
perro, Pincheira aconseja:
- Escoger versiones
saludables y que tengan un aporte nutricional. Hoy existen snacks con
ácidos grasos Omega para fortalecer la piel y pelaje, y de proteínas de carne
real como pato, salmón, cordero, pollo y vacuno, que ayudan al desarrollo
muscular.
Los snacks de granos de maíz o trigo saborizados con carne
tienen menor aporte nutricional. Aquellos
elaborados con cuero de res o restos de cerdo son poco digeribles.
- Seleccionar un snack que indique en el envase cuánta es la
cantidad máxima que se puede a dar al día según los kilos del animal, y seguir esa pauta para prevenir que el perro
aumente de peso.
"Respetando esa pauta, incluso podemos dar todos los
días snack a un perro que está en una condición física normal. En el caso de un can obeso, es mejor
consultar al médico veterinario", explica.
- Asociar el snack a
un propósito. Puede ser regalonear al perro y fortalecer su vínculo con el
tutor o cuidador, en caso que el dueño se ausente por vacaciones.
Se puede dar snack para estimular mentalmente, distraer y
entretener al perro mientras su tutor se ausenta en el día. Se puede esconder snacks en distintos
lugares del hogar o colocar dentro de un juguete con orificios para que se
liberen de a poco.
- El snack es clave
para entrenar al perro. En este caso, se debe dar segundos después de la
acción esperada, para que el perro asocie el premio con su comportamiento.
"Cada vez que el perro orine en la sabanilla, se le puede dar un snack
como estímulo positivo. También se le puede dar cuando muerde su juguete, en
lugar de un zapato", aconseja.
- Si se busca higiene
bucal, escoger snacks sólidos que mediante fricción limpien los dientes y
previenen la acumulación de sarro.
- Estar atento a
reacciones alérgicas, pues en perros es frecuente la alergia al pollo que
le pueden provocar gastroenteritis y diarrea.
En este caso hay que reemplazar el snack de esta ave por otra alternativa.
- Usar snack para que
el perro baje de peso, si el médico veterinario prescribe pasar a un
alimento bajo en calorías. Se puede
estimular ese cambio escondiendo snacks en el pellet Light, para que sea más
atractivo. Igualmente, se puede usar para dar medicamentos al
perro. El can tragará impulsivamente sin discriminar entre el fármaco y el
snack.