Esta tarde una familia de comerciantes descubrió con sumo
desagrado que habían sido visitados por amigos de lo ajeno.
Según información oficial, un pariente de estos pasó por
fuera del local situado en calle Zelarrayán al 2200 y con tristeza vio cómo la
puerta de ingreso estaba rota.
Al darle aviso a los propietarios, estos llamaron a la
policía y en conjunto pudieron ver cómo ladrones desconocidos se habían robado
la caja registradora.
Si bien de momento no circuló la cifra exacta de dinero, las
primeras apreciaciones dan cuenta de una suma importante.
Para que la policía comience a actuar los damnificados les
entregaron las cámaras de seguridad, al tiempo que los vecinos del sector
también habrían colaborado con documentos fílmicos de las últimas horas.