Por Pablo Romera (@pabloromera)
En pocos días va a cumplir 41 años y hace poco más de seis meses fue papá por primera vez. “Una experiencia avasallante de amor, emoción, ilusión y un montón de sentimientos que siempre me aburrieron en este tipo de posteos y que hoy, finalmente, pude comprender.” Con esa frase particular que lo caracteriza, Germán Beder les contaba a sus más de 277 mil seguidores de Instagram, la llegada de Oli.
Es bahiense, periodista, pero seguramente muchos lo conozcan porque es parte del equipo de “Paren la mano”, un programa diario que se emite por Vorterix y que cautivó a miles de fans y seguidores.
En una larga charla con BHInfo repasamos un poco de su historia y sus inicios.
“Me fui en el 2000, así que ya hace 24 años que vivo acá, viví más tiempo acá que en Bahía. Ese cambio a mí me representó muchos problemas de adaptación, hasta el 2012. Estuve por volverme muchas veces, todos los años dudaba. Después agarré laburo mejor pago cuando entré al diario Olé, y ahí ya arranqué y no paré más”, comienza contando Germán.
¿Y cómo se dio el paso a la Confederación Argentina de Básquet?
“Llego a través del jefe de prensa que estaba antes, que era Rodrigo García. El se fue a la Liga Nacional y yo estaba a cargo del Torneo Federal, se dio un salto, digamos, previsible. Por suerte tenía el aval de los jugadores, de Manu Ginobili, de Luis Scola, del DT Oveja Hernández, y también estaba Federico Susbielles, que era el interventor en la CAB. No me conocía, pero me apoyó porque todos los jugadores me apoyaban. En ese momento estaba cubriendo el mundial 2014 para Olé.
Sin dudas ese equipo, el de la Generación Dorada, se metió en los corazones de muchos argentinos, incluso de aquellos que jamás habían visto un partido de básquet. “La Generación Dorada a mí me marcó, marcó mi vida como espectador deportivo. Fue un equipo que me conmovía, me llenaba por su actitud, por su entrega, por su altruismo, por su compromiso. Estaba muy metido con ese equipo.”
Pero no todo el camino de Germán fue simple. Como a todos, en algún momento la vida nos pone a prueba. “En 2019 Fabián Borro ganas las elecciones en la CAB y al otro día decido renunciar. En ese momento me quedé sin laburo, una situación bastante delicada porque al toque arrancó la pandemia, yo no tenía nada. Estaba quemando ahorros, estaba odiado, odiado por todo lo que había pasado, muy resentido y enojado con la vida” relató el periodista.
Ese momento sin dudas fue un quiebre para el futuro de Beder. Transformó esa energía negativa en algo positivo, empezó a escribir mucho, “El Legado” surgió de ese momento, una especie de reconocimiento a la selección Argentina de básquet. A partir de allí, comenzó su acercamiento a lo que hoy es un éxito del streaming en nuestro país.
“A fines de 2020, Matías Martín me invita a ser columnista de “Todo pasa” un programa que sale en Urbana Play. Al mismo tiempo conocí a Lucas Rodríguez jugando al basquet con Migue Granados y todo ese grupo, Grego, Nachito y Lucas. Migue me dijo que si algún día hacia algo, querían que participara, y bueno fue Lucas el que me lo propuso y me sume”.
¿Cómo fue que de un programa de streaming lograron esta locura que es hoy “Paren la Mano”?
“Empezamos y después se fue todo a la mierda, realmente se fue todo a la mierda. Estoy muy contento, pero también con los pies sobre la tierra. Tengo 40 años, nunca me esperé vivir algo así, pero también entiendo perfectamente que la curva me puede llevar a estar de vuelta abajo y no pasa absolutamente nada porque así es la vida.”
“¿Cómo describo este fenómeno? La verdad no se entiende mucho, o sea, es algo inexplicable. Yo esperaba que al programa le fuese bien porque creo que tiene un potencial, pero nunca que fuese algo tan poderoso como lo que logra, sobre todo los pibes, como llega a todos lados, la cantidad de gente que lo ve todos los días desde hace años es tremendo.”
Esa inmadurez y madurez a la vez, son una marca propia que Germán Beder tiene como sello. Aquel que lo conoce o lo conoció de pibe en el Club Pacífico, tendrá ese recuerdo, una persona con muchas inseguridades, como el mismo se describe. “Yo soy exactamente lo que muestro, no escondo absolutamente nada, no sabría cómo hacerlo. No tengo ni formación como humorista ni como un conductor, vengo de la gráfica, nunca me gustó la exposición y de pronto apareció en mi vida.”
“Me gusta lo que vivo, pero yo no lo perseguí mucho, además no podría hacerlo de otra manera. Es más, a veces sufro la personalidad que tengo, no lo disfruto. Las inseguridades, los temores por todo son cosas que a mí me afectan, que las trato en terapia. No me gusta la personalidad que tengo, me hubiese gustado tener más valor para encarar cosas en otro momento de la vida” explica muy sincero Germán.
Como contamos en el inicio de la nota, hace poco más de 6 meses que Germán es papá y sin dudas son cosas que cambian la mirada desde donde se mira todo. “La paternidad es todo un desafío, era algo que yo venía buscando con mi esposa, quería atravesar la experiencia, siempre interpelado por consejos que me decían que era un error y otros consejos que me decían que era lo mejor de la vida. Yo lo necesitaba también para correr mi ego, para dejar de estar pendiente de mí y correr el eje de mi vida hacia otro lado, poner las cosas en perspectiva.”
“La paternidad es eso, tiene cosas, momentos de amor que yo no sabía, no creí que fuese a vivir momentos de estar mirando a mi hija y no poder creer lo que tengo, que sea algo tan lindo, no lo puedo creer. Y también tiene otros momentos que no duermo toda la noche porque se despierta llorando y después yo ando puteando todo el día.”
Para terminar, Germán nos habla de Bahía, el lugar donde pasó su infancia y que hoy, por razones de trabajo, no puede visitar más seguido. “A Bahía no voy desde el año pasado, me gustaría poder ir más, quiero ir con mi hija a conocer a mi abuela. Intento todo el tiempo mantener contacto con mis amigos, con mis cercanos, pero la realidad es que por lo laboral se me complica ir. ¿Si volvería a vivir allá? No siento que vaya a volver a vivir a Bahía, lo tuve muy presente en muchos momentos de la vida, pero ahora siento que no.”