El día martes, el director del Hogar del Adolescente y una de las cuidadoras terminaron en el hospital tras una brutal golpiza que les propinó un joven de 17 años. Lamentablemente, y pese a los informes emitidos con anterioridad, no fue reubicado por parte de la justicia.
En diálogo con la redacción de BHINFO, Víctor Jaramillo, recién dado de alta tras las agresiones recibidas, afirmó que ese día se levantó para ir a trabajar y se despertó en un hospital. “Me desperté en el Hospitalito de White, visibilicé personas conocidas, y después ya estaba en el Penna, hoy me dieron el alta”, comentó muy movilizado.
Con la voz angustiada y el dolor presente, dijo que "en el Penna lo trataron muy bien, que lo iban a derivar al Español por su ART pero no fue necesario ya que los estudios, dentro de todo, dieron bastante bien."
La golpiza a Víctor fue brutal y su relato es estremecedor:
“Si me preguntas qué me pasó no me acuerdo, perdí el
conocimiento. Ahora en mi casa lo único que necesito es descansar. Necesito
estar tranquilo, estoy muy angustiado, muy triste por todo lo que pasó”, y agregó: “tengo la cara destruida, un tajo en la
frente, un ojo que se me está poniendo negro, un labio partido, los dientes del
maxilar superior sueltos, y hoy moretones
en la cintura y la espalda”.
Sin embargo, el director no fue el único agredido, una compañera terminó muy lastimada, en shock, y conmocionada.
Víctor sostuvo que lo sucedido no fue casual, y entiende que se debe al contexto social actual, donde la violencia cobra un protagonismo muy importante. "Creo y enfatizo en la restitución de derechos, pero hoy en día las políticas de estas problemáticas se confunden y tiene que ver con los pensamientos y las ideologías de los profesionales a cargo", afirmó.
Lamentablemente Víctor
y su equipo no fueron escuchados por las autoridades competentes. En diferentes
oportunidades habían comunicado que el agresor no podía continuar en el
programa y que si eso sucedía, las consecuencias no iban a ser buenas.
“Es un chico que entró por una medida de abrigo. Ingresó en tres oportunidades al dispositivo, en las dos anteriores ya habíamos informado que no era un joven para el programa. Nosotros no podíamos dar algún tipo de respuesta para su problemática”.
Víctor y su equipo, tuvieron que hacer un tercer ingreso en diciembre y habían anticipado que esta decisión era un error. Con el paso de los meses se fueron muchos chicos con posibilidades de restituirles sus derechos. Según testigos, el joven los golpeaba, increpaba y ejercía violencia sobre ellos. Lamentablemente se fueron vulnerabilizados por el accionar de este muchacho.
“Nosotros preveíamos que esto iba a terminar mal, que no estaba bien, pero las autoridades correspondientes, mediante los informes que enviábamos, no entendían lo que nosotros vivíamos en el lugar, y acá están las consecuencias. El hilo se corta por lo más delgado, una cuidadora termina muy golpeada, con shock nervioso y yo como ya te conté” agregó.
Volviendo al contexto macro, Jaramillo subrayó que “esto tiene que ser analizado desde otro ángulo, en lo que tiene que ver con restitución de derecho. Una cosa es restituir un derecho a un menor que le han sido vulnerados, pero al restituirle los derechos en un dispositivo estatal, también tiene que haber un marco, una política de convivencia y es lo que no se trabaja, lo que no se ha hecho en todos estos años, y acá están las consecuencias”.
Pensando a futuro, “lo único que deseo es que a nadie le pase lo que a mí me pasó, porque es horrible, y además del dolor, es la angustia y la tristeza por todo esto. Es una pirámide, el que está en la punta a veces no escucha a las bases lamentablemente”.
En el tramo final contó que lleva 33 años trabajando en estas problemáticas y entiende que a veces los intereses están por arriba de la experiencia, y con visiones partidistas, con políticas que quieren imponer una nueva bandera, y ellos, los profesionales, continúan trabajando en la trinchera, poniendo el pecho, cuidando, defendiendo y nadie los escucha.
“Se imponen ideologías muy teóricas pero con muy poca
práctica. Ese es el error que cometen, además de una carencia económica a nivel
nacional, provincial y local en donde cada vez que uno propone un proyecto es
difícil que se lleva a cabo porque requiere de inversión”, sentenció Víctor
y finalizó con la siguiente reflexión: “a veces hemos hablado con otros profesionales
y la gente que es responsable de poner estos dispositivos para este tipo de
problemáticas y para este tipo de chicos, que es lo que hizo conmigo y otros
menores, se terminan armando kioscos con tres o cuatro caramelos y eso no
sirve. Las consecuencias son estas, como las que me tocaron vivir a mí”.
En las próximas horas
Víctor seguramente se enterará qué fue lo que pasó, hasta este momento lo desconoce,
pidió no saberlo para preservar su salud
mental y encontrarse en condiciones adecuadas
para escuchar el relato tan salvaje. También definirá si volverá a trabajar y si realizará la denuncia
correspondiente.