Se metió en el mundo de los cubanitos casi de casualidad, pero dicen que en esta vida solo existen las causalidades. Quiso ser un padre presente, no separarse de su hija muy chiquita y compró un carro. Una persona le transfirió los conocimientos y se fue hacia el sur con más dudas que certezas para llevar un producto que nadie conocía. Volvió a Bahía Blanca y de a poco fue ganando terreno hasta convertirse en el "Cubanitero del año" en Marzo de 2023, logro que le cambió la vida, una vez más.
"Cubanitos de la Bahía" ya es marca registrada y Juan Rodríguez se acercó hasta Fm "Me Gusta" para charlar con Rubén García y contarle su historia:
"Cosas de la vida, me separó. Estaba viviendo en Chubut y vuelvo para bahía, mi hija era chica y no quería estar lejos de ella, no marcar una paternidad. Entonces me compro un carro chiquitito, muy chiquitito y con dos amigos lo reformamos y yendo a arreglar el carro, me cruzo un ex cliente, yo era carnicero de carnicero a cubanitero, nada que ver, y este cliente me dice: "Juancito ¿Cómo andas tanto tiempo? le comento que me estoy comprando este carrito y me dice mi mejor amigo es el dueño de una fábrica de cubanitos. Yo me iba el domingo, el viernes tengo un asado, viene el dueño de la fábrica. Me conoce, me enseña algunos secretos sobre los cubanitos, me desea lo mejor y me dice: "Andate al sur con tu hija". Me fui a Chubut, ahí estuve tres años con mi hija marcando la paternidad porque era muy chiquita, llego a Rawson con una innovación tremenda, empiezo a hacer garrapiñada, y hasta el Intendente me decía que le gustaba porque nadie hacía garrapiñadas.
Compraba cubanitos y les daba un toque más de glamour por así decirlo y empezamos a trabajar todo lo que es un Trelew, Gaiman, Dolavon. Yo salía a caminar la playa, vos tenías la gente de Grido vendiendo palito, bombón de agua o palito bombones o en la playa había caminando gente que vendían tortas fritas o churros y yo era el único caminando vendiendo cubanitos con helado o con dulce de leche".
Y Juan nos cuenta como siguió su historia cuando volvió a la ciudad: "Puse el carrito en Villa Rosas, en Av. Ecuador, no había parque no había nada y la gente empezó a pasar y le empezó a gustar el producto y ahí gracias cuando estaba el "Disfrutá Bahía", me llaman de ese evento la gente de cultura del municipio y empezamos a a trabajar una vez al mes, eso me abrió las puertas para empezar a trabajar en la Feria del Galpón y ahí empezamos a trabajar en la feria, otro sector de la ciudad me estaba conociendo, no tan solo era sector de Villa Rosas y ahí arrancó la continuidad".
Nos cuenta la increíble anécdota que le sucedió el mismo día de la Fiesta del Cubanito, que después lo consagra como ganador: "Ese día para mí fue caótico. Cuando arrancamos yo prendo el generador y no me prendía. Yo tenía conitos con helado, latas de helado y hacía mucho calor. No me arrancaba el generador, digo, me tengo que ir. Yo agradezco que tengo amigos por todos lados, llamo a un amigo y me dice "ya voy para allá", desde White se fue hasta el parque, me desarma el generador y ahí mismo lo empieza a arreglar, un genio. A partir de ahí, de esa fiesta, que después nosotros seguimos haciendo eventos fue un cambio total.
Esa tarde, imagínate que estaba yo con mi señora y un amigo, mi señora ese momento no se animaba a despachar solamente y cobraba, y mi amigo también cobraba. Entonces el que hacía todo era yo solo y que cuando llaman viene uno de cultura y me dicen que me van a dar un una premiación o algo, pero yo no podía ir, entonces los premios los recibió un amigo porque la cola de gente era interminable".
Ahora Juan no solo hace helado artesanal, cubanito helado y todo tipo de cubanito, sino que ideo algo así como el "cubanito viajero", que no pierde calidad y puede ser trasladado en perfectas condiciones: "El cubanito de almendra que fue el ganador como cubanito innovación en la fiesta, me duró muchísimo tiempo en la heladera y nunca perdió la calidad, entonces quisimos probar con diferentes cubanitos poniéndola una buena cantidad de chocolate y perduraban en el tiempo, así nació el box de de cubanito o de cubano, porque es mucho más grande que uno común.
La oblea no se humedece por la cantidad de chocolate que tiene, entonces es un buen producto que dura y puede ser trasladado hacia cualquier parte siempre representando a Bahía Blanca por así decirlo. Yo lo tuve hasta 30 días, por eso la caja dice 30 días, es un buen tiempo, no pierde su sabor para nada, absolutamente todo con mercadería de primera tanto el dulce de leche, el chocolate, las almendras, el coco, el maní, las galletitas que llevan arriba son todas de marcas conocidas que se trabajan una por una, no se suplementa con otra cosa, todo con mercadería de primera. Otro tema es el precio, cuando dos alfajores de marca te salen algo de $1400, cada uno de estos cubanos están algo de $2000 y con un gramaje superior, mucho más rendidor".