La licenciada en Psicología, Manuela Bravo, explicó el
deterioro mental que genera el acoso permanente en redes. “Pareciera que la
sociedad está a dos cuadras, pero la sociedad somos nosotros” afirmó.
Una simple y al mismo tiempo contundente noticia generó el
disparador. El famoso Meteo Lucas dio de baja sus cuentas en redes sociales por
el constante hostigamiento que recibía.
Por eso en la tarde del viernes, Marianela Romay dialogó por
Rivadavia Bahía en su programa “Atardecer” con la psicóloga Manuela Bravo, para
poner en palabras simples y ejemplos concretos las terribles consecuencias que
tiene el ciberbullyng.
Al respecto la Licenciada aseguró que “me gusta mucho bajar
la teoría a lo práctico, porque a veces nos perdemos en definiciones. Lo más
concreto es que hay mucha crueldad. Está más habilitada en las redes, ya que
ahí hay una deshumanización. No nos detenemos a pensar que del otro lado hay
una persona”.
Y de la mano con esto remarcó que “la crueldad no es algo
nuevo, pero ahora tenemos más a la mano esta herramienta de opinar desde el
anonimato, aunque con su nombre y apellido agreden igual”.
Continuando con su análisis sostuvo que “hoy es más simple.
Uno se mete en la red de cualquiera y le manda un mensaje directo, y le dice me
encanta lo que haces, o no me gusta tu cara o sos un idiota. Y esto se traspoló
a las calles y ahora se ve más violencia”.
En tanto que subrayó que “uno en los primeros años de vida
uno aprende que está mal agredir al prójimo. Eso se aprende. Lo que cuesta es
verse al espejo y pensar si alguna vez maltratamos a alguien o hicimos un
chiste que cayó mal. Pareciera que la sociedad está a dos cuadras, pero la
sociedad somos nosotros. La sociedad la componemos todos”.
Llevando el tema al consultorio afirmó que “como terapeuta
puedo decir que las consecuencias son terribles. El daño que genera la
discriminación, la sensación que da, es que la víctima está desarmada,
golpeada. Hay heridas muy profundas. Es muy difícil rearmar esto porque el
mundo sigue girando. Hay que aprender a vivir en esto también. Esto se puede
repetir en cualquier momento”.
Y al mismo tiempo enfatizó en que “lo que más nos cuesta es
que las personas admitan que fueron violentos. Hacerse cargo es lo más difícil.
La persona que viene lastimada trae eso para trabajar. Es más difícil saber si
fuiste cruel. Hay que revisarlo eso también”.
Analizando lo que ocurre no dudó en sostener que “los
adultos somos violentos, entonces qué podemos esperar de los niños. Podemos
decirles muchas cosas, pero después nos ven actuar, en la calle y en las redes,
y el ejemplo es otro. Hay una doble vara. Le enseño al niño que no tiene que
ser cruel, pero yo lo soy”.
Cerrando la charla sostuvo que “si vos te expones en una red
social, está el pensamiento que está habilitado a recibir cualquier insulto o
crítica muy mal realizada. Los que somos conscientes de que este hateo existe,
podríamos ponernos en la vereda de enfrente y contrarrestar, si eso es posible,
apoyando su laburo y comentando de forma positiva”.
Por último destacó que “por más que vos hayas pasado una
situación difícil o violenta, no te justifica para que vos seas violento con
otra persona. Hay recursos terapéuticos, artísticos, físicos… hay medios para
que mi dolor no termine haciéndole mal a otra persona. Hay medios para
transitar lo que estoy pasando”.