Se ubica en la esquina de Patagones y Horacio Quiroga. Si
bien en el plano del barrio figura como plaza, de momento la delegación no ha
ejecutado la obra, por lo que fueron ellos quienes se pusieron a trabajar.
Un pequeño árbol, de los repartidos en estos días por parte
del municipio, es solitario testigo de un grupo de vecinos que pese a todo
quieren salir adelante.
Es que en nuevo Harding Green está proyectada en planos una
plaza, pero de esa idealización de momento solo existe esa planta que debería
estar en el frente de una vivienda, y sin embargo fue reubicada en un espacio
pensado para todos.
La esquina de Patagones y Horacio Quiroga será una plaza.
Porque está en los planos pero principalmente porque es el deseo de varios que
quieren embellecer el lugar, ubicado a metros de la famosa “rotonda de la
caminera”, en la parte alta de la ciudad.
“Veníamos hace un tiempo con la idea, y con esta campaña de
reverdecer lo primero que hicimos fue hablar con el delegado” afirmó una de las
vecinas, “pero este nos dijo que hay que hacer mucho papeleo, así que lo mejor
sería que el árbol que nos donara el municipio para el frente de cada una de
nuestras casas lo plantemos nosotros en la plaza” sumó.
Esta idea, según cuentan dividió las aguas, ya que muchos lo
tomaron como un mirar para otro lado por parte del funcionario.
“De todas maneras y a pesar de esta falta de apoyo seguimos
para adelante. Otra vecina consultó qué árboles nos tocaban por la zona y
muchos resolvimos elegir celtic ya que el plátano, por sus frutos, molesta a
quienes tienen problemas respiratorios” contó otro hombre cercano al futuro
espacio verde.
Fue así como el pasado 28 de septiembre Mauro, pala en mano,
donó el ejemplar que debería ir en su frente y en la esquina del terreno,
plantó el primero de lo que esperan sean muchos árboles.
Según le contaron a la redacción de BHInfo, la foto le llegó
a Leonardo Garnica, el delegado del sector, el cual se comprometió mediante
mensaje a “unos 10 podemos llegar a conseguir” aunque de momento no hay nada
más en el lugar.
A fuerza de baldes son los propios vecinos del sector los
que se encargan de regar y proteger de las hormigas a la única referencia
existente de que allí se quiere gestar algo distinto.
“Ojalá que al ver que nos movemos, coloquen más plantas,
traigan juegos, dejen de usar esto para cortar camino y corten el pasto” se
ilusionó otro hombre, el cual subrayó que “este es un espacio verde que figura
en los planos y aún no tenemos. Entre todos lo estamos cuidando hasta donde
podemos. Ojalá pronto lo intervengan” admitió.
Mientras los días pasan, los baldes cargados de agua e
ilusión también. Que viva ese único árbol, al final de cuentas para este grupo
de personas, es una imagen de resistencia y de visibilidad que no piensan
perder. Todo lo contrario. Su fe, como ese esolitario celtic, está intacta.