Andrea Villar expuso lo que a muchas personas, no solo a
ella, les ocurre cuando andan por Bahía. “Me atendieron re bien, muy educadas,
pero no cambiaron nada” aseguró.
Tener dificultades motrices en Bahía Blanca representa un
desafío extra, por la cantidad de obstáculos que infringiendo las normas, se
colocan a menudo y vuelven toda una odisea el tránsito por las veredas.
Esto le ocurre a Andrea Villar, pero también a muchas otras personas. En diálogo con Marianela Romay, en su programa “Atardecer” por Rivadavia Bahía Blanca, comentó que “ayer a la mañana iba al trabajo. Pasa una señora con un carrito de bebé, y en la esquina de Dorrego y Alsina, están puestas las mesas de una confitería ocupando gran parte de la vereda”.
Siguiendo con su relato explicó que “con las modificaciones
que hubo, la bajada quedó pasando la senda peatonal. Ella pudo bajar por el
cordón. Yo con mi silla no podía. Tuve que bajar a mitad de cuadra e ir por la
calle porque las mesas ocupaban la rampa”.
Totalmente sorprendida, “a la tarde, cuando vuelvo del trabajo, me acerqué a la confitería y les pedí que corrieran esas mesitas. Es Café Martínez. Ahora a la mañana estaban en el mismo lugar. Me atendieron re bien, muy educadas, pero no cambiaron nada. Pasa en la mayoría de las confiterías. No es solo acá”.
Sobre el canal que utilizó para visibilizar esta situación, y a la gente que buscó llegar, sostuvo que “en los tweets etiqueté a los medios, a la municipalidad y al observatorio de discapacidad. Por ahora nadie me respondió”.
En otro pasaje de la charla afirmó que “uno no puede estar
todo el tiempo remarcando, pidiendo, explicando. Hace mucho que venimos
pidiendo este tipo de acciones, pero los comerciantes siempre ocupan todo el
lugar y no dejan espacio para pasar”.
Por último dijo que “desde mi lugar lo soluciono, pero me
pongo en el lugar de una persona mayor, y es un riesgo que crucen por la mitad
de la calle”.