En los primeros minutos del miércoles, y teniendo claro que
sería filmado, “sigilo”, nombre que los consternados vecinos le pusieron a este
amigo de lo ajeno, comenzó a hacer de las suyas en un complejo habitacional
ubicado en calle Estomba al 1200.
Tal cual quedó registrado en las imágenes, siempre
extremando los cuidados de no hacer ruidos fuertes, el ladrón primero tanteó la
puerta de ingreso al predio, y al ver que estaba con llave, se dispuso a abrirla.
Una vez dentro apuntó a su primera víctima: una moto negra
ubicada a centímetros de la vía de escape. Con la sutileza de un artesano la levantó,
y acto seguido, la sacó de su posición de descanso con suma delicadeza, para
que nada altere el dueño de los desprevenidos vecinos.
Una vez que completó ese paso, la intentó enfilar hacia la
puerta, pero la misma al contar con un dispositivo de seguridad no le iba a
permitir sacarla, así que desistió y por un momento amagó con irse con las
manos vacías.
Sin embargo volvió sobre sus pasos, se adentró en el lugar y
halló su segunda víctima: un ciclomotor blanco que ese sí, pudo mover,
trasladar hasta el ingreso y escapar.
Todo quedó registrado en las cámaras, las cuales serán claves para que la policía pueda detenerlo y dar como esclarecido el robo.