El magnesio es un mineral fundamental para el funcionamiento adecuado del cuerpo humano. Desempeña un papel crucial en más de 300 reacciones enzimáticas dentro del organismo, muchas de las cuales son esenciales para mantener una buena salud.
El magnesio es el cuarto mineral más abundante en el
cuerpo humano, y está involucrado en una variedad de funciones biológicas que
van desde la regulación de la presión arterial hasta la producción de energía.
También es esencial para el funcionamiento de los músculos,
el cerebro, el sistema inmunológico y, por supuesto, el corazón. Pese a ello,
muchas personas no son conscientes de la relevancia del magnesio en su dieta,
lo que puede llevar a una deficiencia sutil pero peligrosa.
El magnesio tiene un papel central en la salud
cardiovascular. Este mineral es esencial para mantener la membrana celular, las
mitocondrias y las vías antioxidantes que protegen las células del daño causado
por los radicales libres, explicó a The Telegraph el cardiólogo Neil Srinivasan
que lidera UK Heart Clinic,. Los estudios han vinculado la deficiencia de
magnesio con trastornos cardiovasculares, como hipertensión, miocardiopatía y
aterosclerosis.
El magnesio tiene un efecto calmante en el sistema nervioso,
lo que lo convierte en un aliado potencial para quienes sufren de ansiedad y
depresión leve. Este mineral bloquea la activación de un receptor clave en el
cerebro, el NMDA, lo que ayuda a reducir la sobreexcitación de la amígdala, el
centro emocional del cerebro.
Uno de los beneficios más conocidos del magnesio es su
capacidad para prevenir calambres musculares y mejorar el rendimiento físico.
El magnesio actúa de manera opuesta al calcio dentro de los músculos. Mientras
que este último induce la contracción muscular, el magnesio relaja los
músculos.
El magnesio también parece tener efectos beneficiosos
durante la menopausia, particularmente en lo que respecta al estrés. La
disminución de los niveles de progesterona durante esta etapa de la vida
provoca un aumento del cortisol, la hormona del estrés.
El magnesio desempeña un papel crucial en la función del
sistema inmunológico. Este mineral contribuye a la producción de glutatión, un
antioxidante que protege nuestras células del daño. Además, es vital para el
crecimiento de células inmunitarias como los linfocitos y para la fabricación
de proteínas que combaten infecciones. Investigaciones recientes indican que el
magnesio también puede ayudar en la regulación de la inflamación y optimizar la
función inmune.
El magnesio juega un papel importante en la regulación de
los neurotransmisores y las hormonas relacionadas con el sueño, como la
melatonina. Al tener un efecto relajante sobre el sistema nervioso, ayuda a
reducir el estrés y favorece la relajación, lo que contribuye a un mejor
descanso. Aunque algunos estudios sugieren que el magnesio puede mejorar la
calidad del sueño, la investigación aún no es concluyente y se necesitan más
ensayos clínicos para confirmar estos beneficios.