El kiwi es mucho más que una simple fruta tropical que da un
toque exótico a postres o ensaladas. Con su característico sabor agridulce, su
textura jugosa y su sorprendente combinación de nutrientes, se ganó un lugar
destacado en las dietas saludables de todo el mundo.
Además de ser una excelente fuente de vitamina C, su
contenido de fibra, potasio y antioxidantes lo convierte en un superalimento
con múltiples beneficios para la salud. Uno de los aspectos más destacados del
kiwi es su capacidad para mejorar el tránsito intestinal, lo que lo convierte
en un aliado natural en la lucha contra el estreñimiento.
Este efecto sobre la digestión y la regularidad intestinal
no es un mito ni una recomendación popular sin base científica, sino que está
respaldado por una serie de estudios. De hecho, diversas investigaciones
científicas concluyeron que consumir kiwi regularmente puede tener un impacto tan
efectivo como algunos tratamientos medicinales utilizados para tratar el
estreñimiento.
Específicamente, su alto contenido en fibra soluble e
insoluble, así como su capacidad para atraer agua en el intestino, juega un
papel crucial en la mejora de la consistencia y la frecuencia de las heces.
Además, el kiwi contiene una enzima llamada actinidina, que facilita la
digestión de las proteínas, lo que puede ayudar a evitar la pesadez y mejorar
la función intestinal en general.