Finalmente volvieron. Después de 15 años de espera, muchas vueltas, novela y polémicas, la banda completó dos de los siete shows, ya agotados, que tienen programados para el estadio Diego Armando Maradona de la ciudad de La Plata.
Dos listas con muchas variantes como para los que se jugaron y compraron tickets para dos recitales distintos en lo que parece va a ser una constante de los siguientes shows para deleite de algunos fanáticos que van a contar con asistencia perfecta a la seguidilla de rituales piojosos.
La primera de las noches arrancaron con "Te diría", tal vez un número puesto o gran favorito en las apuestas y la segunda noche se decidieron por "María y José", otra canción que solía ser inicial en aquellos recitales de hace tantos años. Idéntica cantidad de temas para las dos noches y la inclusión de clásicos que se repitieron y no tienen discusión como "Maradó", "Verano del 92", "Como Alí", "Luz de marfil", "El Farolito", "Tan Solo" y alguno más.
Esta nueva banda, sin Micky, integrada por Andrés Ciro Martínez, Piti Fernández, Dani Buira, Luciana Valdés, Roger Cardero, Chucky de Ipola, Facundo Farías Gómez y Juan Manuel Gigena Ábalos salió a escena por primera vez después de una década y media para recién antes de la tercera canción Ciro decir: "“Buenas noches, esto está sucediendo”, ante 50.000 almas enardecidas tratando de entender si todo lo que estaban viendo era una ilusión.
Hubo lugar para la emoción en el recuerdo a Diego Armando Maradona, con Ciro celeste y blanco, y Tavo Kupinski, quien murió en 2011 en un accidente automovilístico, cuando su hermano Matías subió a cantar "Sudestada", compuesta por el mismo Tavo, haciendo un dúo eterno desde las pantallas para que alguna lágrima surque la mejilla de los presentes.
El momento más especial de la primera noche increíblemente no tuvo que ver con la banda, sino con la aparición de Alejandro Dell’Osa, aquel fanático que había subido al escenario de River contando que era su recital número 100 y que esto le había permitido conocer gente, ciudades, países y que deseaba que en algún momento de 100 pasen a ser 101 la cantidad de shows presenciados.
Alejandro volvió a subir y leyó lo que tenía preparado: “15 años del último ritual, todo se movió. Nos arrancaron a los dos zurdos que más queríamos, pasamos una pandemia, nos prohibieron los abrazos, pero tuvimos revancha, salimos campeones del mundo y todos fuimos uno. Hoy nos llega un llamado de antaño, que nos invita a encontrarnos con lo que fuimos y aceptar lo que somos, quién fui 30 años atrás en mi primer Arpegios, y hoy comparto el primer ritual de mis hijos. Volvimos, loco, volvimos. Los Piojos siempre estuvieron y nosotros nunca nos fuimos. Acá estamos, celebrando y nos deseo un lindo reencuentro, que nos recordemos con una lágrima y con un abrazo pensando en los que ya no están y son parte de la historia. Que le demos la bienvenida a las nuevas generaciones, que van a vivir por primera vez su ritual, que van a sentir eso que sentimos los piojosos. La espera fue larga, pero valió la pena, ¿no? Nos merecíamos un capítulo más, soy piojoso hasta que me muera. A Tavo, a Diego Armando Maradona. Bienvenidos Luli y Juan a la familia piojosa. Gracias Piojos por volver”.
Ya para el final una seguidilla de éxitos en la pera las dos noches y la clásica lectura de banderas en "Finale", donde Ciro se tomó el trabajo de no dejar un solo trapo sin mencionar. El ritual volvió, quedan cinco más y la emoción le está ganando a la sorpresa en un público que si bien no se muestra frío del todo se entiende que en 350.000 personas no pueden haber solamente fanáticos de la banda sino que abundan los curiosos y público en general que va a ver "de que se trata" esta nueva ola piojosa. Todo vale y todo pasa.