Jorge Lanata murió hoy a los 64 años
en el Hospital Italiano, donde estaba internado desde el 14 de junio pasado. En el
medio, el conductor tuvo varios ingresos a la clínica de rehabilitación Santa
Catalina, con la intención de ir un paso más allá en su recuperación.
Sin
embargo, el miércoles 18 de septiembre tuvo que volver a ser trasladado al
nosocomio de Almagro, donde ingresó por guardia a las 12:48 para ser atendido
por un cuadro de neumonía y se decidió internarlo en terapia intensiva. Con
ese mismo diagnóstico había ingresado hace tres meses. Su estado, ya
delicado, se había agravado el viernes 27 de diciembre. Su muerte era cuestión de tiempo.
Polémico e irreverente, amado y odiado, además de fumador empedernido, fue una figura gravitante del periodismo argentino de los últimos 30 años.
UNA VIDA HACIENDO PERIODISMO
Lanata tenía 11 años cuando huyó de
su casa, en Sarandí, tras una pelea con su padre. Su madre había
quedado postrada cuando él tenía 7 años. Casi no tenía recuerdos de ella
sana. Se fue a vivir con su tía materna, que lo crió.
En una
clase de primaria, la tarea fue entrevistar a algún conocido. Jorge hizo algo
distinto al resto: encontró en la guía telefónica a Conrado Nalé Roxlo
(poeta, escritor y periodista), lo llamó y escribió la mejor entrevista de
la clase.
A los 14 años consiguió su primer
contrato laboral, como redactor de Radio
Nacional. Como era menor de edad, su padre debió firmar por
él. Durante la dictadura militar (1976-1983) trabajó como mozo en un bar.
A los 22 fue parte de la fundación editora de la revista El Porteño, como jefe de Redacción.
Y a los 26
lanzó uno de los proyectos más originales del periodismo argentino, uno de los
hitos por el que se lo recuerda: Página/12,
un diario que hizo escuela en el periodismo crítico y de investigación, y del
que fue su director periodístico durante casi una década.
Con Página
12 creó una narrativa distintiva entre los medios gráficos de entonces, desde
las originales tapas hasta las intertextualidades o los informes que revelaron
los casos de corrupción más simbólicos de la era menemista. También lanzó
la revista mensual Página 30 en 1990,
y en 1998 fundó la revista Veintiuno.
Desde
entonces, su vitrina acumuló más premios que cualquier periodista argentino: 23
Martín Fierro por programas como Día D,
Periodismo para Todos (PPT) o Lanata sin filtro; ocho premios Tato
por PPT, dos premios Clarín; cinco premios Konex; un Ace y hasta un premio
Emmy por la investigación “La ruta del
dinero K” en PPT, la investigación que reveló los escándalos de Lázaro
Báez, Hotesur y otras causas que llevaron a Cristina Kirchner a rendir cuentas
a la Justicia.
Precisamente, Lanata fue uno de los creadores del término “grieta”, el concepto para denominar la profunda división “K” vs. “Anti-K” que marcó gran parte de los últimos 20 años del país. Desde el kirchnerismo no le perdonaron sus investigaciones ni sus opiniones críticas con el oficialismo: en junio de 2012 fue completamente ignorado en el acto por los 25 años de la creación de Página 12.
El periodista criticó con ironía y con dureza a Cristina Kirchner por haberlo “desaparecido” en el discurso que brindó durante esa ceremonia: “Parece que a Página 12 lo fundó Moreno”, dijo en esa oportunidad. Entonces, ese medio ya poco tenía que ver con la tradición crítica con la que había nacido.
UN INNOVADOR
Lanata
fue, sin dudas, un innovador en el periodismo argentino, más allá de Página 12. Fundó otro diario: Crítica de la Argentina. Colaboró
con innumerables medios latinoamericanos y estadounidenses. Marcó una forma
de relacionarse con las personas a quienes entrevistaba (como en el
programa radial Hora 25), o renovó
los recursos televisivos utilizados para presentar una investigación, aunque no
siempre lo haya logrado con el mismo éxito.
También
dirigió un documental, actuó en películas, hizo teatro y se convirtió en una celebrity. Con el tiempo acentuó su
perfil provocador, encendió polémicas y pocas veces sus declaraciones pasaron
inadvertidas. Antes de esta última internación lideraba la audiencia con su
programa Lanata sin filtro en Radio
Mitre, y planeaba regresar pronto a la TV con un nuevo proyecto.
Había nacido un 12 de septiembre de 1960. A los 56 se enteró de que era adoptado. Murió
a los 63, convertido en un referente del periodismo argentino, incomode a quien
le incomode admitirlo. Y lo dio
todo, hasta el final, sin filtro.