Los gatos son mascotas que se caracterizan por su
independencia y facilidad de cuidado. ya que, a diferencia de otras especies,
no requieren paseos diarios y tienen una capacidad natural para mantenerse
limpios, lo que los hace ideales para personas con horarios ocupados o que
viven en espacios pequeños.
Además, los gatos tienen una personalidad única que
equilibra momentos de afecto con actitudes juguetonas e incluso curiosas, lo
que resulta atractivo para muchos que notan su habilidad para generar vínculos
emocionales genuinos con los humanos y crean una conexión especial.
Aunque todo aquel que ha tenido un gato es capaz de notar su
inteligencia, durante mucho tiempo se cuestionó científicamente hasta qué punto
estos felinos eran capaces de comprender y relacionarse con el lenguaje humano,
por lo que un equipo de científicos de la Universidad Paris Nanterre realizó un
estudio para arrojar respuestas sobre el tema.
En el estudio realizado en 2022, los científicos reunieron a
16 gatos domésticos y les reprodujeron grabaciones de la voz de su dueño. En
ocasiones, la voz hablaba directamente al gato utilizando un tono tierno y
característico con la cuál las personas suelen dirigirse a sus felinos. Otras
veces, la voz hablaba a otro humano, usando un tono más neutral. Los resultados
fueron sorprendentes: los gatos respondieron de manera diferente según el tipo
de grabación que se reprodujera.
“Descubrimos que cuando los gatos escuchaban a sus dueños
usar una voz aguda, reaccionaban más que cuando escuchaban a su dueño hablar en
un tono normal a otro humano adulto. Pero lo que fue muy sorprendente es que,
en realidad, no funcionaba cuando provenía de la voz de un extraño”, comentó
Charlotte de Mouzon, una de las autoras del estudio para la revista Animal
Cognition.
Esto indica que los gatos además de escucharnos, son capaces
de prestar atención a cómo les hablamos y pueden notar la diferencia entre el
tono que usamos con ellos y el que usamos con otras personas. Sin embargo, la
mayoría de las veces, los gatos parecen ignorar lo que les decimos, ya que solo
reconocen ciertas palabras clave como su nombre o ciertas órdenes simples.