Al parecer, los celos no son una emoción exclusiva de los seres humanos sino que hay otra especie susceptible de padecerlos. La aparición de este sentimiento en los perros puede explicarse debido al vínculo cercano que forman con sus cuidadores. A partir del resultado de otros estudios, surgió esta nueva investigación científica que buscaba comprobar la premisa.
En esta oportunidad, los
científicos estudiaron a 36 perros en sus hogares grabando lo que hacían cuando
sus dueños mostraban afecto a un perro de peluche. Los resultados
sorprendieron a las personas a cargo del estudio ya que presentaron una
tendencia muy clara: los perros son
celosos.
En las pruebas, más de tres cuartas partes de los perros participantes eran propensos a
acercarse a sus dueños, e incluso empujarlos en algunos casos, cuando estos se
encontraban interactuando con el señuelo (peluche). Un tercio intentó
interponerse entre sus dueños y el perro falso, mientras que un cuarto de los
animales no pudo contener su instinto y atacó al peluche.
"El estudio
sugiere que los perros no solo tienen comportamiento celoso, sino que también
intentan romper la conexión entre sus dueños y el posible rival",
señaló la profesora Christine Harris, de la Universidad de California en San
Diego, que encabezó la prueba.
Los investigadores creen que, en su mayoría, los perros pensaron que los animales de
peluche eran reales. Esta opinión surge a partir del siguiente dato: un 86%
de los caninos olfatearon el trasero del perro de juguete, durante y después
del experimento.
"Mucha gente asume que los celos son una construcción
humana, o que es una emoción asociada con relaciones sexuales o
románticas", dice Harris y concluye: "los resultados ponen en
entredicho estas ideas y muestran que los
animales también experimentan altos niveles de ansiedad cuando un rival usurpa
el afecto de los que queremos".