Cuando Bartolini padre se fue de Bahía, buscando no ser
atrapado por la policía pero sin ánimo alguno de dejar su mala vida, a Cecilia
Gasparri no le quedó otra que hacerse cargo de sus hijos y cumplir ambos roles.
Según cuentan, forjó un aura de madre sobre protectora que
hasta el día de hoy la acompaña, apañando y justificando los actos de sus
hijos, por duros y cruentos que sean.
En ese lecho familiar se crió Elio Donato Bartolini
Gasparri, el joven que hace dos semanas mato de un balazo en la cabeza a
Ezequiel Hernández de 21 años en calle España al 1800, y desde entonces se
encuentra prófugo.
Tristemente “Fideo” o “Terror” ya había dado señales de que
algo malo iba a ocurrir, pero la justicia no las quiso ver.
Hasta mitad de año estuvo detenido en el penal de Villa
Floresta cumpliendo una pena de dos años por una causa de violencia de género
hacia su expareja y madre de su hijo, pero al recuperar la libertad demostró
que no había cambiado.
A comienzos de septiembre este medio dio cuenta de que un
joven de Villa Harding Green había amedrentado a otro con un arma de fuego, y
tras una denuncia, le habían allanado la casa. Esta acción solo aumentó la ira
del agresor, que como no pudo ir contra el denunciante se la desquitó con su
padre disparándole tres tiros.
Ese hecho de extrema violencia perpetrado en septiembre,
según testigos, llevó la firma de “Fideo” Bartolini, y la requisa dispuesta por
la justicia, una vez más, en la vivienda de su madre así lo confirmó. Del lugar
se llevaron el arma utilizada, la cual estaba escondida debajo de unos pallets
y dentro de una media. La encubridora de la maniobra quedó por algunas horas
tras las rejas.
Sí, adivinaron: Cecilia Gasparri. La misma mujer que en su
momento denunció que desde la cárcel de Saavedra unos presos mandaron a balear
el frente de su casa en calle Laferrere al 3300.
La misma que el año pasado, bajo el amparo de la jueza de Garantías
Subrogante Natalia Giombi, consiguió una medida cautelar con restricción de
acercamiento para que efectivos de la Comisaría Cuarta.
Tanto ella como “Fideo” y su hermano se sentían hostigados
por la policía, ya que eran investigado por varios hechos. Entre las personas
señaladas estaba incluido el ex comisario Martín Ñancucheo, hoy detenido por la
causa roba cables.
Las horas pasan y si bien mediáticamente el caso parece
haber perdido fuerza, los uniformados de todas las dependencias no paran de
rastrillar Bahía. Sorprende que un joven de 22 años, sin recursos económicos, y
en principio, sin el “apadrinamiento” de nadie, lleve dos semanas prófugo.
De todas maneras los agentes siguen en estado de alerta y esperan, de un momento a otro, poder dar con él.