El azúcar añadida fue durante mucho tiempo un ingrediente
cotidiano en la alimentación, presente en productos desde refrescos hasta
postres.
Sin embargo, el consumo excesivo de este tipo de azúcar
demostró ser perjudicial para la salud. Estudios científicos relacionan el alto
consumo de azúcar añadida con problemas serios, como el aumento de peso, el
desarrollo de diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas e incluso algunos tipos
de cáncer.
Consumir grandes cantidades de azúcar contribuye a una
ingesta elevada de calorías sin ofrecer nutrientes esenciales, lo que puede
llevar a una dieta desequilibrada y al debilitamiento de la salud general.
Evitar el azúcar en las bebidas: las bebidas azucaradas como
refrescos, jugos procesados y bebidas energéticas son grandes fuentes de azúcar
añadida. Optar por agua, agua con gas o té sin azúcar. Añadir rodajas de frutas
como limón o pepino puede darles un toque de sabor sin necesidad de
edulcorantes.
Optar por frutas en lugar de dulces: cambiar postres y
snacks procesados por frutas frescas o congeladas ayuda a satisfacer el gusto
por lo dulce de forma saludable. Además, las frutas contienen fibra y otros
nutrientes importantes.
Leer las etiquetas: verificar la cantidad de azúcares
añadidos en los productos procesados, especialmente en alimentos que suelen
considerarse saludables, como yogures, salsas y cereales. Los ingredientes como
jarabe de maíz, sacarosa o dextrosa indican la presencia de azúcar añadida.
Cocinar y hornear con menos azúcar: en recetas de postres o
panes, intentar reducir a la mitad el azúcar recomendado y reemplazarla con
opciones naturales como puré de manzana sin azúcar. También, es buena idea
experimentar con especias como la canela o el jengibre para dar sabor sin
agregar dulzura artificial.
Sustituir el azúcar con edulcorantes bajos en calorías: para
quienes buscan reducir el azúcar sin renunciar al sabor dulce, los edulcorantes
artificiales o naturales bajos en calorías, como la stevia, pueden ser una
alternativa viable. Sin embargo, es importante usarlos como parte de una
estrategia de reducción gradual del dulzor en la dieta.