Por Rubén Garcia (@ruben.garcia76)
¿Somos conscientes del potencial cultural que tenemos como ciudad? Es una pregunta tan difícil de desentrañar pero fácil de ver en los hechos. Con tan solo repasar una agenda cultural del fin de semana nos encontramos con, aproximadamente, 50/60 eventos organizados por el municipio, autogestionados o de forma privada.
¿Disfrutamos de este bendito potencial? A juzgar por el lleno de las salas, la concurrencia a eventos masivos y los numerosos carteles de localidades agotadas, podríamos decir que si. Si le preguntás a alguien que está ávido de consumir cultura, siempre nos falta tiempo, siempre es poco, siempre se nos cruzan fechas o no llegamos a machear horarios. Es buen síntoma porque significa que se está generando mucho, aunque una comunicación interna entre artistas podría mejorar la agenda e intentar no pisarse, más cuando estas manifestaciones llevan un posible mismo público.
¿Hay suficientes lugares cómodos y preparados para recibir tanta cultura? Acá la respuesta es NO, rotundamente. Y no lo digo yo, lo dicen la mayoría de los "actores" de la escena local que terminan tocando o actuando en lugares que no están preparados, pagan mal y hay que librar una lucha titánica por intentar tener las condiciones básicas. No es en todos lados, eso está claro, pero se necesitan más espacios de capacidad intermedia para poder mostrar el trabajo de un artista. Cuenta pendiente.
¿Este momento cultural puede tener un paralelismo con los ocurrido en los 90s en Bahía? Me gusta pensar que si, que tenemos fiestas culturales de todo tipo, bandas, decenas de obras de teatro, espacios culturales funcionando a agenda llena, artistas nacionales que llegan y les va bien, museos con actividades, bares que apuestan al arte y cientos y cientos de personas talentosas que se encargan de dejar en alto el nombre de la ciudad, acá y afuera.
¿Hay acompañamiento del Instituto Cultural para este momento tan prolífico? Si nos basamos en el escrito presentado por distintos organismos culturales hace un tiempo, hay dudas y temores. También tenemos que decir que históricamente hay personas "favorecidas" por una gestión u otra, ni siquiera de manera intencionada, sino por los momentos y necesidades de una gestión. En lo personal deseo más eventos populares gratuitos, la vuelta de ciclos como "Poéticas diversas" y una mayor presencia en los barrios, con pequeños gestos culturales que unan a la comunidad. Otra pata floja, señalada por los mismos artistas, es la dificultad para llegar a conversar con alguien que tenga poder de decisión dentro del IC, sin la herramienta de la comunicación como bandera todo resulta más dificultoso y las notas presentadas habitualmente terminan en un cajón.
¿Qué esperamos para 2025? Tal vez mi visión sea demasiado optimista pero no tocaría tanto para el año que está por empezar salvo cuestiones señaladas más arriba. 2024 fue un gran año para la ciudad en materia cultural y estoy seguro que, comparándonos con ciudad que registran una densidad demográfica parecida a la nuestra, somos potencia.