Caminar es una de las actividades físicas más accesibles y
sencillas de incorporar a la rutina diaria. No requiere equipo especial, ni
habilidad técnica, y puede realizarse en cualquier lugar.
Este movimiento ayuda a mantener el peso corporal y mejora
la función muscular y reduce el riesgo de enfermedades graves como diabetes
tipo 2, cáncer y enfermedades cardiovasculares, según un artículo publicado en
GeroScience. La clave está en la regularidad y en hacer de caminar un hábito
diario.
Según un estudio reciente publicado en el British Journal of
Sports Medicine, caminar a una velocidad moderada puede tener efectos
beneficiosos a largo plazo.
Los adultos más activos de los Estados Unidos, según la
investigación, caminan el equivalente a 160 minutos al día a una velocidad
promedio de 4,8 km/h. Este tipo de actividad constante mejora la salud física y
se asocia con una mayor longevidad.