Silvina durante varios meses estuvo dentro de una película
de terror. Gerardo Norambuena se obsesionó con ella, al punto tal de matarle a
su gato y prenderle fuego la casa a uno de sus amigos.
Esa locura, tras varias denuncias, llegó a su fin y ahora es
la justicia la cual está investigando todos los hechos y en los próximos días
emitirá sentencia.
En diálogo con la redacción de BHInfo la mujer reconoció que
“fue un comienzo de diciembre difícil porque uno no es que lo deja atrás todo
esto. Es una lucha muy larga, muy dolorosa, muy llena de miedo porque esta
persona se tornó muy violenta”.
Según admitió “desde el 26 de mayo que pasó lo de Jagger que
él lo tiró por la ventana de mi dormitorio, violó mi domicilio, entró mientras
yo estaba trabajando… él nunca tuvo llave de mi departamento. No sabemos cómo
la consiguió. Nunca más volvimos a dirigirle la palabra, ni yo ni mi entorno,
que son casi todos varones”.
Sumando que “nunca paró con su violencia. Nunca hasta que
terminó prendiendo fuego la casa de mi compañero y testigo. Así que remover
todo eso fue muy feo, muy triste, muy doloroso”
En otro pasaje de la charla admitió que “sanás porque hay un
montón de gente. No te das una idea la cantidad de gente linda que también me
fue trayendo todo esto. Si bien nosotros vivimos en el infierno todo ese
tiempo, hubo un montón de gente muy linda; mis vecinos de edificio, obviamente
mis amigos, mucha gente”.
“La chica que socorrió a Jagger, que siguió siempre con ese
mensaje, apoyándome, declarando, diciendo lo que pasó. Entonces eso hace que
vos no te caigas, porque si no es muy difícil. Porque es muy triste, es muy
doloroso” comentó Silvina.
Del mismo modo puntualizó en que “él hizo el daño máximo que
pudo, porque él sabía muy bien que Jagger era todo para mí. Jagger no era una
mascota para mí, mis mascotas son parte mía. Entonces él siempre me repetía, si
te falta vos te morís”.
Por esto “quiero la pena máxima que tengan todos los delitos
que cometió, porque así debe ser, por eso creo en la justicia. Siempre me
manejé con la justicia”
Angustiada afirmó que “el miedo no se te va porque una vez
que se te cruzan estas personas, él siempre demostró que nunca iba a parar.
Entonces, si pasa algo, si queda libre... el miedo siempre es latente, siempre”.
Mientras que consultada sobre qué le diría a una mujer que
está pasando por lo mismo que ella vivió, no dudó en subrayar que “tienen que luchar
y creo que cada una lo hace. Cuando está tu vida de por medio vos luchas. Como
una de las tantas veces de domingos, de días enteros, sentada en la sala de
espera de la comisaría, los chicos me dijeron, no te canses, porque si vos te
cansas, no podemos ayudarte”.
“Parece que la justicia no acelera, porque todo tiene su tiempo, hasta que te escuchan, hasta que arranca todo. Es supervivencia. Es la vida y nadie tiene derecho sobre ella más que Dios” concluyó.