En el Norte y el Centro de la Argentina habitan diversas
especies de alacranes, muchas de las cuales forman parte de los ecosistemas
locales sin representar un peligro significativo.
Sin embargo, existe una especie en particular, la Tityus
carrilloi, que destaca por su veneno altamente tóxico y su impacto en la salud
pública.
Este alacrán, presente tanto en zonas urbanas como
suburbanas, afecta especialmente a niños y encuentra refugio en sótanos,
cañerías y grietas.
Ante el riesgo de aumento de picaduras durante los meses
cálidos, el Centro Nacional de Intoxicaciones del Hospital Nacional Posadas
emitió recomendaciones claras para prevenir accidentes y actuar en caso de una
emergencia.
Identificar un alacrán peligroso es clave para prevenir
accidentes graves. En el caso de la Tityus carrilloi, esta especie mide entre 6
y 8 centímetros, presenta una coloración entre marrón y amarillo, y posee tres
líneas dorsales oscuras a lo largo de su cuerpo.
Sus pinzas son largas y delgadas, mientras que su cola
segmentada termina con una espina por debajo del doble aguijón.
El entorno en el que se encuentran también es revelador. Los
alacranes peligrosos suelen estar en grietas en las paredes, cámaras
subterráneas y sótanos. Allí se esconden para evitar a sus predadores. El
contacto accidental de los humanos con los animales en esos espacios puede ser
peligroso.
El Centro Nacional de Intoxicaciones enfatizó la necesidad
de mantener la higiene en las viviendas y sus alrededores para reducir este
riesgo. Aclaró que se debe “efectuar control de la basura para reducir la
cantidad de insectos (arañas y cucarachas) que sirven de alimento a los
escorpiones”.
Frente a una picadura de alacrán, el tiempo es un factor
crucial. Las indicaciones del Centro Nacional de Intoxicaciones establecen los
siguientes pasos:
Lavar la herida. Es importante limpiar la zona afectada con
agua y jabón para reducir el riesgo de infecciones secundarias y eliminar
restos superficiales de veneno.
Aplicar hielo. Colocar hielo en la zona afectada ayuda a
disminuir la inflamación y a retardar la absorción del veneno. Es fundamental
envolver el hielo en un paño o tela para evitar dañar la piel.
Buscar atención médica inmediata. Se recomienda acudir de
manera urgente al centro de salud más cercano tras una picadura. Aunque los
síntomas iniciales puedan parecer leves, como enrojecimiento o dolor, el veneno
puede generar complicaciones, especialmente en niños.
Transportar al alacrán si es posible. Si se logra capturar al
alacrán responsable de la picadura, se aconseja llevarlo en un recipiente
cerrado al centro médico. Esto permite que los profesionales identifiquen la
especie y decidan el tratamiento más adecuado.