El traje espacial que SpaceX ha diseñado para la misión
Polaris Dawn es una obra importante de ingeniería. Mientras la tripulación
privada surca el espacio en una de las órbitas más altas jamás alcanzadas por
un vuelo comercial, sus vidas dependen, literalmente, de cada costura y capa de
este innovador traje EVA (actividad extravehicular).
Es una creación que combina elegancia y funcionalidad, con
un solo objetivo: permitir a los astronautas realizar una caminata espacial en
las condiciones más extremas, a 700 kilómetros de la Tierra.
En el corazón de este diseño se encuentra un desafío antiguo
y monumental: proteger al ser humano del espacio exterior. Las temperaturas,
que pueden oscilar desde el abrasador calor del sol hasta el frío extremo del
vacío, sumado a los micrometeoritos que viajan a miles de kilómetros por hora y
la radiación que todo lo envuelve, son solo algunos de los peligros que
enfrentan Jared Isaacman y su equipo.
En este contexto, el traje espacial no es simplemente una
prenda de vestir, sino una burbuja de vida en medio de la nada.
El nuevo traje espacial EVA de SpaceX ha sido diseñado
específicamente para esta misión, y representa un avance significativo respecto
a sus predecesores. A primera vista, parece similar al traje IVA (actividad
intravehicular) que los astronautas utilizan dentro de la cápsula, pero las
diferencias son abismales. Mientras que el traje IVA está diseñado para
emergencias dentro de la nave, el EVA está pensado para soportar las
condiciones implacables del espacio exterior.
Uno de los mayores desafíos a la hora de diseñar un traje
espacial es la gestión del calor. En el espacio, la tripulación no solo está
expuesta a la radiación cósmica, sino también a temperaturas que pueden caer a
cientos de grados bajo cero en la sombra y superar los 120 grados en plena luz
solar.
El nuevo traje cuenta con una capa de Faraday que protege de
los campos eléctricos y un sofisticado sistema de aislamiento térmico. Además,
el visor, recubierto de una capa de indio y cobre, además de reflejar la luz
solar, mantiene el calor corporal en su interior cuando los astronautas están
de cara al frío infinito del espacio profundo.
Otra innovación es la pantalla de visualización (HUD, por sus
siglas en inglés) incorporada en el casco. A través de esta pantalla
transparente, los astronautas pueden monitorear en tiempo real variables
críticas como la presión y la humedad, sin necesidad de apartar la vista del
trabajo en curso. El casco, al igual que el visor, ha sido reforzado para
garantizar la seguridad en caso de impactos de micrometeoritos.