Cada vez más mujeres consultan por caída del cabello, pero
la mayoría no sabe cuándo este problema deja de ser algo normal y empieza a ser
una señal de alerta. Aunque muchos estudios se enfocan en la calvicie
masculina, la alopecia femenina está creciendo, y aún faltan datos claros sobre
cuántas mujeres la padecen.
La doctora Ana Rodríguez Villa Lario, dermatóloga del
Instituto Médico Ricart (IMR), explica que hay muchos tipos de caída del
cabello y que las causas pueden ser muy variadas: desde cambios hormonales y
genéticos hasta situaciones de estrés o falta de vitaminas. Además del impacto
físico, este problema puede afectar la autoestima y la salud emocional de
quienes lo sufren.
La caída por estrés es una de las formas más comunes. Se
produce cuando la caída diaria supera los 100 o 150 cabellos. A menudo ocurre
tras una situación estresante, una enfermedad, una cirugía o un cambio en la
medicación. En la mayoría de los casos mejora por sí sola en unas semanas, pero
si se mantiene, puede volverse crónica.
La alopecia androgénica es la más frecuente tras la
menopausia, Aunque se suele relacionar con los hombres, también afecta a las
mujeres. El cabello se va afinando poco a poco, especialmente en la parte
frontal y superior de la cabeza. Está relacionada con desequilibrios
hormonales, como el síndrome de ovario poliquístico, o con la menopausia.
También existen por causas inmunológicas. Aquí es el propio
sistema inmune quien ataca por error los folículos del cabello, provocando
calvas en forma de parches o una caída más generalizada. También puede afectar
a cejas y vello corporal. Es importante analizar si hay otras enfermedades
autoinmunes, como problemas de tiroides.