Debido al aumento en el interés de las levaduras como
potenciales probióticos, el campo de la microbiología dio un paso
significativo. Es que esta nueva mirada logró desplazar parcialmente a las
bacterias, que tradicionalmente dominaron este terreno.
En ese sentido, científicas del CONICET, junto con un equipo
de la Universidad Nacional de San Juan, publicaron un estudio que abre una
nueva perspectiva sobre cómo estos microorganismos, presentes en alimentos como
el kéfir y el vino, podrían ser una herramienta eficaz contra infecciones
intestinales causadas por la bacteria Salmonella enteritidis.
Este avance, que promete revolucionar nuestra comprensión de
los probióticos, además ofrece una alternativa interesante frente al creciente
problema de la resistencia a los antibióticos.
Los probióticos son microorganismos vivos que, cuando se
consumen en cantidades adecuadas, pueden mejorar la salud intestinal y, por lo
tanto, fortalecer el sistema inmunológico.
Tradicionalmente, se consideró que las bacterias eran los
microorganismos más eficaces en este sentido, pero las levaduras, como las que
se encuentran en bebidas fermentadas, demostraron tener un potencial tan grande
como el de las bacterias.
De hecho, las investigaciones realizadas en este nuevo
estudio sugieren que las levaduras podrían ser una opción prometedora para
prevenir enfermedades infecciosas, responsables de gastroenteritis severas.